¿Cómo evaluamos riesgo en un PHA?

En un análisis de peligros o PHA, por sus siglas en inglés Process Hazard Analysis, tenemos como meta principal la identificación de peligros, pero en muchos casos esta actividad va ligada a la evaluación del riesgo asociado a cada escenario peligroso. Consecuentemente, podremos priorizar las acciones que serán necesarias para reducir el riesgo total de la instalación.

El escenario peligroso se origina por una causa, que puede estar representada por la falla de un equipo / instrumento, un error humano o algún evento externo al proceso. Si esta causa se produce y no existen protecciones o salvaguardas que detengan la secuencia de eventos, se materializarán las consecuencias.

El riesgo comúnmente es definido como la combinación de la frecuencia y la consecuencia asociada al escenario peligroso.

Ahora que sabemos cómo se define el riesgo, podemos entender la utilidad que tiene conocer los fundamentos de este término.

Los PHA se realizan con la participación de un equipo multidisciplinario, por lo cual, los asistentes deben conocer claramente estos conceptos para dar una estimación acertada del riesgo. Cada opinión cuenta y cuanto más claros y seguros estemos al momento de expresar nuestras ideas, más preciso y mejor soportado será el resultado.

Existen distintas técnicas PHA, las más utilizadas son: HAZID, What if y HazOp. El procedimiento general consiste en la
identificación de las causas, consecuencias, riesgo, salvaguardas y recomendaciones.

Al comenzar el estudio, los participantes reciben los P&IDs de la instalación y la matriz de riesgo de la organización. En esta última, se establece cuál nivel de riesgo es aceptable y cuál es intolerable, así como las medidas a tomar en cada caso.

La matriz de riesgo tiene 2 dimensiones, de un lado se muestran las consecuencias y del otro las frecuencias asociadas, normalmente, a la causa que genera el escenario peligroso. 

Dependiendo del tipo de afectación que se esté evaluando, es decir, si la consecuencia es sobre las personas, los activos o el ambiente, se debe describir claramente la consecuencia y, por lo tanto, el nivel de afectación adecuado (por ejemplo, en caso de una consecuencia crítica, estamos hablando de múltiples fatalidades).

El siguiente paso, en la estimación del riesgo es determinar la frecuencia que está asociada a la causa que origina al escenario peligroso. Es de vital importancia, la comprensión de estos puntos para facilitar la dinámica del estudio.

La mayoría de los líderes de PHA invierten mucho tiempo explicando y aclarando este tema durante las sesiones de trabajo. Escenario por escenario, se escuchan frases como: “Recuerden, la frecuencia es de la causa que lo origina”. El error más común es relacionar la frecuencia a la consecuencia directamente, sin conocer el tipo de riesgo que se está evaluando, los participantes se preguntan “cada cuanto tiempo puede ocurrir la explosión”, y ahí damos oportunidad para echar a volar la imaginación, haciendo cálculos inestimables.

Sin embargo, aquí no terminan las complicaciones con la estimación del riesgo. Actualmente, algunas organizaciones están evaluando varios tipos de riesgo para tener un panorama más realista.

Cada organización decide categorizar los tipos de riesgo según su criterio particular. Algunos de los términos más utilizados son: riesgo inherente, riesgo residual real y riesgo residual proyectado. El riesgo inherente se refiere a las condiciones antes de que se incorporen medidas de protección (salvaguardas) para reducir el riesgo. El riesgo residual real corresponde al riesgo de la instalación, una vez que se consideran las medidas de protección existentes en el diseño. Por último, el riesgo residual proyectado se refiere al que se desea obtener en caso de proponer medidas adicionales de reducción.

Esto se traduce en, el riesgo inherente es el riesgo sin salvaguardas, el residual real considera las salvaguardas y el riesgo proyectado toma en cuenta las salvaguardas asociadas a las recomendaciones sugeridas durante la ejecución del estudio

En la siguiente matriz, podemos observar cómo puede variar la evaluación considerando los tres tipos de riesgos, iniciando con un riesgo inherente alto y culminando con un riesgo residual proyectado medio. Este movimiento de reducción de riesgos depende del tipo de salvaguarda a considerar; en caso de que las medidas modifiquen la frecuencia, la reducción será como la que se muestra en la gráfica; en caso de que la medida modifique la consecuencia, el movimiento será hacia abajo.

Finalmente, podemos decir que, para obtener resultados coherentes durante la evaluación del riesgo en un PHA debemos conocer a cabalidad los fundamentos teóricos del riesgo y diferenciar los tipos de riesgo que se van a evaluar, en función a los criterios que utilice la organización.

¿Cómo evaluamos riesgo en un PHA? Leer más »