Gestión de la Seguridad de Procesos, como oportunidad de transformación organizacional
Hablar de la implantación de un Sistema de Gestión de la Seguridad de Procesos (PSM por sus siglas en inglés, Process Safety Management) genera incertidumbre en TODA organización que se plantea este reto.
Lo primero que viene a nuestro pensamiento es: ¿realmente aplica para mi organización?, ¿cuáles son los requisitos?, ¿por dónde comienzo?, ¿debo hacer un diagnóstico organizacional?, ¿requiere de una gran inversión?, ¿lo hemos estado haciendo bien?, y un sin fin de preguntas adicionales.
Luego de las dudas y temores iniciales surge lo que conocemos como el miedo al cambio, en virtud de que, en el momento inicial, nos sentimos en nuestra zona de confort y este cambio exigirá un proceso de transformación organizacional progresivo. Lo primero que debemos hacer es redefinir las áreas afectadas, ajustándonos a las demandas del entorno para mantener o mejorar los estándares de seguridad.
Este proceso involucra una revisión de la situación actual y la realización de un análisis de brechas que nos permita definir claramente la situación deseada. Además, debemos considerar aspectos como: inversión, capacitación, concientización de la fuerza laboral, entre otros; que deben incluir a la totalidad de la masa laboral de la organización.
Ante el escenario de implementación de PSM en su organización, es importante resaltar la gran oportunidad que esto representa, para inducir las mejoras preventivas que evitarán la ocurrencia de un evento catastrófico derivado de las actividades que se desarrollan en la industria de procesos.
Por lo que, se hace necesario, comprender las tres claves de éxito que se describen a continuación:
1.-Gestionar el negocio y sus peligros
El proceso de cambio y transformación debe comenzar desde la alta dirección, quienes deberán entender que la seguridad de los procesos debe ser integrada a las estrategias de negocio de alto interés e impacto organizacional. Es decir, debe formar parte del Sistema Integral de Gestión.
2.-Dar el ejemplo desde arriba
Se hará indispensable desarrollar lo que se conoce como el efecto cascada, donde se plantea que desde la alta dirección se modele y se transmita el nivel de liderazgo y compromiso que garantizará el éxito en la implantación.
3.- Estar dispuesto al cambio, al aprendizaje y a la mejora continua
Lograr, en TODA la fuerza laboral, una alta disposición para activar y propagar un proceso de auto evaluación; disposición al cambio, a la incorporación de la gestión del riesgo al día a día laboral, al aprendizaje formal y a la mejora continua, garantizará la permanencia en el tiempo de los esfuerzos y, progresivamente, asegurará el nivel de madurez en la Cultura Organizacional requerida en un Sistema de Gestión de Seguridad de Procesos robusto.
MSc. Isvelia Avendaño
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